SECCIONES - TÍTULOS

Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

domingo, 17 de diciembre de 2017

MAR INTERIOR

Con lo fácil que sería ser sólo agua, como el mar, fluyendo compactada molécula a molécula, como una sola esencia, a pesar de que en realidad el agua es un conjunto de gotas diminutas, de átomos unidos que se unifican y bailan al unísono.

Ella, el agua, no discute sobre sí misma, no necesita buscar el significado de su existencia, ni tampoco se pregunta quién es, porque ya lo sabe, y porque su único cometido es existir en la forma en la que es.



A veces quisiera ser como el mar, que se agita con el viento, que se mueve al compás de la vida, que alberga otras existencias en su cuerpo inmenso, que las nutre, las acompaña en su proceso existencial.

No, el agua no tiene miedo, pero yo sí que lo tengo.

Puede que alguna vez yo fuera parte de ese mar, que ahora observo, y me dibujara en él como una simple partícula diminuta, invisible al ojo humano, pero fusionada al resto en cuanto a la experimentación como forma de vida.

Hoy no soy el mar, pero llevo en mí, en este cuerpo físico, gran parte de agua, que se continua comportando igual, fluyendo, y siendo ahora modificada en su composición por mis estados de ánimo, oscilantes como olas que van del miedo al amor, del amor al miedo, en un juego de opuestos que divide mi consciencia en dos.

Y es que el amor es la naturaleza de todo, no el amor de las películas o el que inventó el ser humano, sino la energía creadora de todo lo que existe y es. El miedo es la experiencia que nos conduce hacia la sumisión, es una energía que sólo experimentamos cuando encarnamos a modo de emociones que nos separan de nuestra verdad. Sin embargo no fue creado para que otros lo usaran en su afán de dominio, sino para protegernos de los peligros que, a nivel biológico, podíamos enfrentar, para sobrevivir.

El Ego, el personaje, es como el capitán de un barco que cree que el mar es de su propiedad, y trata de controlarlo desde su soberbia, sin embargo, poco sabe este capitán y cuando se da cuenta de que no puede controlar al mar, ni al viento, que sólo puede fluir con ellos, es cuando se fusiona con su verdad. Él es el mar.

Sí, de algún modo sigo siendo el mar...pero no soy capitán de nada, no hasta que comprenda que sólo puedo dejarme guiar por mi esencia real, pues es ella quien realmente lleva su propia brújula, sólo ella sabe cuál es el camino cuando estamos en alta mar, yo debo sólo escuchar las señales y seguirlas, moviendo el timón siempre desde lo que mi ser me indique desde su sabiduría.

Mi ser...algo más inmenso que el mar, pero él me sirve de ejemplo para comprenderme, para descubrir que la vida es como un gran océano que podemos vivir en su superficie o en su profundidad, y que nosotros somos ella misma en la medida en que nuestra consciencia pueda abarcar su verdadera realidad.

Arael Elama


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