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Los relatos del blog están divididos en varios títulos genéricos que son "Reflexiones", donde hallaréis escritos espirituales y reflexivos, "Una mirada al Alma" donde podréis leer historias muy profundas de crecimiento personal, del alma, "El Romántico Obsoleto", que cuenta con relatos de humor, irónicos, historias de la vida cotidiana del ser humano, "Diálogos", que son como la palabra dice, conversaciones que suelen ser muy profundas y espirituales, y por último he publicado tres capítulos de una de las novelas en las que estoy trabajando "Alma Cristalina". Disfrutad con todos ellos y compartidlos si os animáis a hacerlo para ayudarme a difundirlos.

Gracias por leerme, bendiciones a todos.

viernes, 4 de noviembre de 2016

EL POTENCIAL DEL SER HUMANO

El ser humano ha estado aprendiendo a vivir en un tablero de juego al que se le ha llamado Tierra. En su afán por sobrevivir ha ido olvidando por completo, e incluso renegando de esa verdad, que su alma tiene un gran poder, un potencial hermoso que tiene la fuerza de todo un universo, una luz fulgurante que es capaz de crear maravillas, una estrella inmensa que emana amor por todas partes, pues es justamente ese amor, esa energía magnificente, su naturaleza, la energía de su existencia, el amor es ella misma.
Si olvidas quién eres y qué poder hay en ti, es fácil que otros aprovechen la ocasión para dominarte y controlarte, así pues, el ser humano quedó expuesto a ser manipulado, y totalmente olvidado de sí mismo y de su conexión con la Fuente universal y con su naturaleza como ser humano en el planeta, ubicado como una existencia más entre todas las que ya conviven en él.
Durante mucho tiempo esto ha sido así, sin embargo, siempre ha existido una búsqueda de la sabiduría, del conocimiento, de la autoindagación, para hallar la verdad.
Esa verdad está en el alma, en el interior de uno mismo y está intrínsecamente unida al amor.
Sin embargo, nuestra mente humana ha sido programada para ser manejable y, generación tras generación, hemos ido heredando ciertas creencias, pautas, patrones, que nos han mantenido alejados de esa verdad que sólo unos pocos conocen.

Tal vez exista desde hace milenios, alguna fuerza materializada en algunos seres humanos, o no, a la que no le interese en absoluto que nuestra humanidad base sus sociedades en el amor, no sólo hacia los demás, sino hacia mismos, pues esto implicaría la auto valoración y la de los demás, implicaría dejar de competir, respetar la vida y colaborar entre todos por mantener la armonía en un lugar donde cada uno fuera lo que es en realidad, con todo su potencial, sin que eso implicara que unos fueran mejores que otros, sin que eso creara envidias, pues el amor nos conduciría a la felicidad real, y no necesitaríamos ser como el otro es, sino ser tal como somos, y no habría necesidad tampoco de poseer nada, pues lo importante sería ser y no tener.

Esto sería aplicable a una energía sostenible, que cuidara de la vida y no la destruyera, y en otros ámbitos sería exactamente igual. El motor Amor sería la clave, la respuesta a todo, pero eso no es lo que conviene a esa fuerza controladora y desde luego, el ser humano, en su perdición, no es consciente de sí mismo y precisa recordar lo que es y des-aprender lo que ha ido aprendiendo para romper ese paradigma y comenzar desde sí mismo otra manera de vivir.

Esto puede resultar ridículo para algunas mentes incrédulas y subyugadas, y mantendrán la creencia de que algo así es sólo como un sueño, una utopía, y es que estamos más acostumbrados a pensar que somos despiadados y que el amor nos debilita, nos hace vulnerables, o bien que es sólo una tontería, que en la vida hay cosas más importantes que el amor, tales como el dinero y el saber cómo ganarlo, el éxito, la fama, la idolatría del ego, o la subsistencia en un mundo donde algunos son meros esclavos de un sistema donde una gran mayoría proporciona riqueza con su trabajo a unos pocos que viven en la opulencia creyéndose dignos de ello. Todo mera hipocresía y conformismo.
Lo cierto es que es un simple juego donde algunos conocen las reglas y otros no, unos hacen trampa y otros no tienen ni idea de lo que está sucediendo.

Sin embargo, en este momento presente, muchos están reconociendo su alma, muchos están “despertando” a sí mismos, realizando una gran limpieza de toda la mentira que han estado creyendo durante toda su vida y reestructurando su mente, vaciando su inconsciente del peso de una herencia de dolor y de mendacidades.

Aun así, entre esos muchos que se desperezan y comienzan a ver más allá, entre esos muchos que contemplan cómo caen los velos y cómo la realidad se les presenta de un modo muy distinto al que creían, hay algunos que todavía siguen creyendo que el amor es una equivalencia al sufrimiento, y esto pertenece también a ese mundo de creencias falsas, creencias que nos hacen apartarnos del amor justamente por miedo a sufrir.


El amor no es sufrimiento, el dolor lo generamos nosotros con nuestras pautas, patrones, celos, mentiras, juegos absurdos en los que intentamos controlarlo todo, incluso algo tan incontrolable como es el amor, y hemos confundido tantas veces el amor con el apego, con el sexo, con el cariño, con la costumbre, con el conformismo, con el encaprichamiento, con la necesidad de amar y ser amados, que ya no sabemos reconocer el amor verdadero aunque lo tengamos ante nuestras narices.

Y ahí es donde entra el alma, ella sí sabe qué es el amor, y lo puede reconocer en una sola mirada, pues no necesita ni siquiera la cercanía del ser amado para sentirlo en ella. Y no sólo ocurre con la pareja, sino con cualquier amor, pues esa es su verdad.

Si he hablado de la pareja es porque ésta es un puntal importante en esta humanidad donde la polaridad es lo que rige en su mayor parte. Así, el hombre y la mujer siempre tratan de encontrarse, tanto como especie humana, como en cuestión álmica, pues como es arriba es abajo, y aunque el alma no tiene género, suele proceder de un sólo rayo de la fuente de luz a la que algunos llaman dios, y puede haberse dividido en dos para experimentar la dualidad en la materia, en el plano tridimensional en el que vivimos, y ella sabe reconocer su propia energía en cualquier otra persona, incluso si es de su mismo sexo, pues el alma no distingue de eso, sólo busca a su amado complemento energético.

Por otro lado, si ha ido reencarnando, o lo que es lo mismo, si existe en varios momentos del tiempo a la vez, puede reconocer a otras almas con las que ha experimentado o está experimentando alguna relación, o lazo de amor, en otro ahora, aunque fuera un amor basado en la inconsciencia, en la desconexión de su propio ser, pues sólo así se llega a descubrir lo que sí es amor, en las diferentes manifestaciones de pseudoamor que el ser humano ha ido viviendo.
Así, cuando alguien encuentra a un “antiguo” amor del pasado (otra vida), lo reconoce desde el alma, y cuanto más tormentoso e intenso es el vínculo que les une, más les empuja a reconectar con su verdadera esencia, y ahora, en este presente, se nos ha dado una gran oportunidad para hacerlo.
Pero tenemos que recordar lo que es amar lo antes posible, para que nuestro corazón se encienda y nuestra alma se impulse hacia lo más sublime, y reconecte con su propio Ser, con su potencial, con el amor incondicional que envuelve, no sólo a uno mismo, sino desde uno hacia todos, y no sólo a una pareja que se ama, sino que desde ella, en fusión, se propaga, se expande, hacia todos los demás, pues el verdadero amor no se encierra, sino que se abre, no daña, sino que nutre, no resta, sino que suma, no apaga, sino que ilumina, no limita, sino que engrandece y rompe con las estructuras más obsoletas de nuestra mente.
Y es que amar es entregarlo todo, es no poner barreras, sino destruirlas con la dulzura de un toque suave que las vuelve permeables al sentimiento de superación de lo más denso u oscuro y de conexión con el ser amado y con nuestra propia luz.


Amar a otra persona es cubrir de plumas el camino del otro, es descubrirte en él y no permitir que nada detenga la onda expansiva que te envuelve y te lleva a sentirte parte de su alma, y a sentirle parte de la tuya, sin importar si hay o no distancia, sin importar ni siquiera si está o no en el mismo plano de existencia. Amar es algo tan supremo que hay que mirar con los ojos del alma, con la mirada del ser para saberlo reconocer.

Nada puede hacer la mente ante el amor verdadero, la mente sólo quiere construir obstáculos que causan dolor al corazón, mientras el alma se da y se diluye en el amor que es para darlo y a su vez recibirlo de sí misma y del otro.
Amar no es una carrera de obstáculos, para nada, eso es pensar, eso es querer controlar, eso es conectar con lo que la mente cree que es amar, pero ya es hora de recordar lo que no somos y lo que sí somos y dejar de sufrir, no hemos venido a sufrir, hemos venido a recordar y a ser lo que somos verdaderamente, y eso nos llenará de amor y felicidad, o mejor dicho, eso dará paso a la felicidad y el amor interno que está fluyendo en nosotros. Puede que eso le duela un poco o un "mucho" a nuestra mente, a nuestro ego, pero hay que desvestir al alma de los harapos de crueldad y de la desolación provocada por actos despiadados heredados en forma de miedo en nuestro inconsciente.

Cuando digo que el amor no es dolor me refiero a que el amor no provoca dolor, ¡¡¡todo lo contrario!!! es hora de cambiar esa creencia limitante y de enfrentarnos a la verdad, sólo sufrimos porque nos provocamos nosotros el sufrimiento, aquí cada cual puede revisar en su inconsciente o en sus creencias qué es lo que hace que el amor le provoque sufrir, o bien preguntarse si está ante un amor verdadero o un fuerte apego mental.

No es lo mismo amar que necesitar amar, así como no es lo mismo ser amado, que necesitar ser amado... 
 
Vivir el presente, sin permitir que el pasado nos nuble la visión y nos distraiga, o que el futuro nos ciegue antes de llegar, nos ofrece la oportunidad de saborear cada paso de nuestro camino invisible, y disfrutar de cada experiencia, y así aprender a diferenciar en nosotros cuándo estamos amando verdadera e incondicionalmente o cuándo nos hemos encaprichado de alguien para que nos cubra de un amor basado en el miedo a estar solos, o a no ser amados, o a no ser valorados.

Cualquier amor basado en ese miedo está en una gran incoherencia, el amor es confianza, certeza, verdad.

Por eso es importante recordar amarnos, llenarnos de nosotros mismos, para no intentar llenarnos con la luz y el amor de otro.

Ha llegado el momento de romper con las cadenas que nos atan a lo antiguo y dar paso a lo nuevo, a un nuevo ser humano libre, un ser humano que sea más alma, más consciencia, un ser humano que esté guiado por la sabiduría del Ser y cuya mente sea su herramienta para crear aquello que sueña, aquello que está lleno de la energía del amor incondicional, la cual tiene el poder de crear para y por el amor y el respeto hacia la vida.

La máscara de los miedos debe desaparecer, los velos que nos ocultan la verdad deben caer, el miedo debe ser sustituido por el amor, y alcanzar una existencia armoniosa y sublime debe ser lo más importante.


Arael Elama

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