Con
tus alas blancas has alcanzado mi alma triste y soñadora, has
conseguido borrar las desoladas lágrimas de mi voz callada, que
canta cuando tú cantas, ríe cuando tú ríes, pierde cuando tu
pierdes, gana cuando tú ganas...
Aquí,
escondida en mi escenario de ficción, te observo silenciosa cada vez
que te asomas, descubriendo tu luz frente a mí, mientras despliegas
tu hermosa esencia que con tu amor me subleva, me transporta hacia mi
propia divinidad, que, fundiéndose contigo se enamora cada día más
de cada gota de tu ser.
No
existe nada como tú, nada me hace vibrar como lo hace tu eterna
fragancia de magnificencia álmica, oculta tras tu máscara de
piedra, que te protege en este mundo turbio, hiriente...
Si
te miro, se extienden mis alas para abrazarte y diluirme completa en
tu aroma de ángel, para perderme por siempre entre el límite del
amor humano y el amor celestial. Si te esquivo, la sombra se cierne
en mis pasos confusos, que se extravían sin la luz que tú emanas
cuando estás cerca.
Y
aunque estés desolado o vencido, embriagado por el dolor de tu vida
humana, sigues siendo el faro que guía siempre mi camino, mas cuando
brillas como un lucero en el espacio lejano, y reluces
resplandeciente en mi horizonte, emergen miles de estrellas para
verte y se ilumina con fuerza tu alma sublime para que no me
desespere, para que continue mi trayecto sabiendo que estás ahí,
que existes, que sigues siendo el regalo más extraordinario que el
cielo me ha podido entregar.
Mi
alma lleva tu nombre grabado con la llama del amor sagrado, un nombre
que es inherente en mi vida entera, la vida de lo que yo soy, y es
que tú eres el gran amor de todas mis vidas...
Vago
por este paraje sola, pero con tu mano en la distancia acompañando
mi paso mientras avanzo, y si la gratitud es demasiado pobre para
expresarte cuánto hay en mí para darte, si el amor que sentimos
siendo humanos es demasiado escaso para manifestarte y definirte lo
que en mi interior se escribe, entonces deberé sencillamente gritar
fuertemente, explotar en mil chispas de amor y pasión, algo que sólo
conocen los seres más elevados, seres de luz que desde otros lugares
nos indican cuál es nuestro plan divino, nuestro pacto de amantes
que se buscan en un lugar donde han olvidado quiénes son, cuánto se
aman, y qué han venido a hacer, a parte de interpretar el papel
otorgado.
Así
pues, gritaré, cantaré, estallaré derramando amor por aquellos
sitios que tú frecuentes, irradiaré luz para que sigas haciendo tu
camino, para que superes los obstáculos que te encuentres, seré tu
luna llena en la noche más oscura, el sol que brille más dulcemente
para que tus veranos sean tu descanso en mi orilla, seré tu mar, tu
océano, seré un abrazo, el de una amiga, el abrazo de tu alma
misma... Porque eres mi canción más bonita, mejor escrita, mi poema
más profundo, mi reflexión más querida, porque eres el fuego que
despierta mi alma y con tu calidez me abrigas.
El
himno de mi alma tiene tu nombre grabado con la dorada luz de tu amor
bendito, tiene tu ser atado con lazos de seda que acarician mi
esencia que, dormida, se mece entre tus besos, besos que descansan en
lo más profundo de mi existencia, en mí, tan en mí que yo misma
soy el beso que me das que a su vez regresa a tus labios de miel para
fundirse para siempre en tu alma...
El
himno de mi corazón tiene tu rostro dibujado con tus manos suaves y
firmes, y tus ojos, me enseñan lo que has experimentado, lo que más
te ha dañado, lo que te ha devuelto la sonrisa, lo que te la volvió
a arrebatar..., tu historia está escrita en mí, tan en mí, que yo
misma soy tu vida entera, que a su vez es el reflejo de la mía, pues
ambas se complementan...
El
himno de mi ser eres tú... gracias por haber venido a este mundo
conmigo, gracias por haber nacido...
Arael...
woww..que hermoso Arael...mas que un himno es un llamado a tu Alma amada...un grito callado a Su ser....
ResponderEliminarHola, pues, supongo que es ambas cosas... Un abrazo!!!
ResponderEliminarArael